Un reciente estudio gubernamental informa de que alrededor de 250.000 estadounidenses mueren cada año debido a diagnósticos erróneos en la atención prestada en los servicios de urgencias (SU).
Las conclusiones del estudio suscitaron una respuesta inmediata del Presidente del Colegio Americano de Médicos de Urgencias (ACEP), el Dr. Christopher S. Kang, quien afirmó en una entrevista con el New York Times que "además de extraer conclusiones engañosas, incompletas y erróneas de la bibliografía revisada, el informe transmite un tono que caracteriza de forma inexacta y menosprecia innecesariamente la práctica de la medicina de urgencias en Estados Unidos".
El Dr. David Newman-Toker, neurólogo de la Universidad Johns Hopkins y coautor del estudio, defiende la metodología y sostiene que, aunque se cometen errores importantes en las salas de urgencias, la clave para cambiar esta situación sería realizar avances que ayudaran a los médicos a evitarlos, en lugar de "echar la culpa a los médicos de urgencias"[1].
El estudio, una revisión sistémica de la Agencia de Investigación y Calidad Sanitarias a través de sus Centros de Práctica Basada en la Evidencia, afirma que entre los 130 millones de visitas anuales a urgencias en EE.UU., 7,4 millones de pacientes son diagnosticados erróneamente. Además, 2,6 millones sufren un acontecimiento adverso, y unos 370.000 sufren daños graves por esos errores de diagnóstico. Es decir, aproximadamente "1 de cada 18 pacientes recibe un diagnóstico incorrecto, 1 de cada 50 sufre un acontecimiento adverso y 1 de cada 350 sufre discapacidad permanente o muere". La "buena noticia", señala el Dr. Manuel González-Brito, Director Médico Jefe de MSP Recovery, es que "los servicios de urgencias aciertan el diagnóstico (y presumen que la atención posterior) en casi el 95% de los casos". Aunque sigue habiendo un 5% de posibilidades de diagnóstico erróneo, "esto es alentador", asegura el Dr. González-Brito, señalando que "la precisión diagnóstica en urgencias es alta."
Las afecciones más frecuentes que se asocian a diagnósticos erróneos son el ictus, el infarto de miocardio, el aneurisma y la disección, la compresión y lesión de la médula espinal y la tromboembolia venosa, que representan el 68% de todas las afecciones diagnosticadas erróneamente. Les siguen las menos frecuentes sepsis, cáncer de pulmón, traumatismo craneoencefálico y hemorragia intracraneal traumática, tromboembolia arterial, absceso medular e intracraneal, arritmia cardiaca, neumonía, perforación y rotura gastrointestinal y obstrucción intestinal.
Los investigadores analizaron estudios sobre el rendimiento de los SUH entre 2000 y 2021, pero gran parte de los datos procedían de SUH de Canadá, España y Suiza, lo que podría aplicarse a EE.UU. y analizarse de dos maneras. Esencialmente, el hecho de que los datos no procedan de EE.UU. significa que los datos reales de EE.UU. "podrían ser mejores (o peores)", afirma la Dra. González-Brito, reiterando que es difícil saberlo a partir de los resultados de este estudio en particular.
El estudio descubrió que, en última instancia, "la causa principal de los errores de diagnóstico en urgencias eran sobre todo errores cognitivos relacionados con el proceso de diagnóstico a pie de cama". El Dr. González-Brito está de acuerdo, señalando que los errores cometidos fueron "en su mayoría errores en la toma de decisiones clínicas o de juicio".
Si bien los resultados del estudio sugerirían que existe un gran problema en los servicios de urgencias de Estados Unidos que está dando lugar a un inmenso número de diagnósticos erróneos, muchos de los cuales provocan efectos adversos y lesiones adicionales, el estudio aún no se ha completado sobre la base de los datos de los servicios de urgencias de EE.UU. Al extrapolar los datos de los servicios de urgencias de países que son estadísticamente similares a los de EE.UU., hay que tener en cuenta algunas consideraciones importantes, aunque sigue siendo importante señalar que la información no está directamente relacionada, ya que los datos no proceden de los servicios de urgencias estadounidenses.
Se ha demostrado que los diagnósticos médicos erróneos son un problema prevalente en los servicios de urgencias de todo el mundo, y los resultados de este estudio pueden ayudar tanto a arrojar luz sobre este problema como a crear soluciones para los errores frecuentes en este tipo de trabajo que causan muchos de estos diagnósticos erróneos.