Los deportistas profesionales llevan años luchando por el derecho a sindicarse, y finalmente han podido hacerlo gracias a la representación de varios sindicatos de jugadores. Actualmente, en los deportes profesionales de Norteamérica existen 9 organizaciones sindicales para los atletas, entre ellas la Asociación de Jugadores de las Grandes Ligas de Béisbol, la Asociación de Jugadores de la NBA, la Asociación Nacional de Jugadoras de Baloncesto y la Asociación de Jugadores de la Liga Nacional de Fútbol. Estas asociaciones de jugadores se encargan de representar a los jugadores (y a algunos árbitros) en las negociaciones de convenios colectivos, las vistas de quejas y otras cuestiones laborales.
Para los estudiantes deportistas universitarios no existe actualmente ninguna asociación de jugadores que les ofrezca apoyo en su lucha contra las injustas normas de la NCAA. Existe un grupo llamado Asociación de Jugadores Universitarios (CAPA, por sus siglas en inglés) que actualmente intenta defender a estos estudiantes deportistas y crear una vía para que tengan más derechos y protecciones. Está dirigido por atletas universitarios actuales y antiguos.
El CAPA aboga por las siguientes prestaciones:
- Cobertura garantizada de los gastos médicos relacionados con el deporte para jugadores actuales y antiguos.
- Minimizar el riesgo de lesiones cerebrales traumáticas relacionadas con el deporte. Reducir el contacto en los entrenamientos como han hecho la NFL y Pop Warner, colocar expertos independientes en conmociones cerebrales en los banquillos y establecer protocolos uniformes de vuelta al juego.
- Mejorar los índices de graduación. Crear un fondo fiduciario educativo para ayudar a los ex jugadores a completar su carrera y recompensar a los que se gradúen a tiempo.
- En consonancia con la evolución de la normativa de la NCAA o futuros mandatos legales, aumentar las becas deportivas y permitir que los jugadores reciban compensaciones por patrocinios comerciales.
- Garantizar las garantías procesales. Los jugadores no deben ser castigados por el mero hecho de ser acusados de infringir una norma, y las sanciones impuestas deben ser coherentes en todos los campus.
También existe una Asociación de Futbolistas Universitarios que se puso en marcha el verano pasado, con el objetivo de promover la organización laboral entre los jugadores de fútbol de la NCAA específicamente. Estos sindicatos también pretenden clasificar a los estudiantes deportistas universitarios como empleados, para que puedan sindicarse legalmente. Muchos defensores de la sindicalización de los estudiantes deportistas, que sería posible si la NCAA los definiera como empleados, han entablado demandas contra la NCAA por prácticas laborales desleales al impedir que los deportistas sean clasificados como empleados y gocen de los derechos que conlleva esa clasificación.
Casos como el de la NCAA contra Alston, en el que el Tribunal Supremo declaró que las normas de la NCAA que limitaban las compensaciones relacionadas con la educación infringían la Ley Sherman. Esto significa que la NCAA ya no puede limitar los beneficios que obtienen los estudiantes deportistas por practicar su deporte. El resultado más notable de este caso es la posibilidad de que los estudiantes deportistas saquen provecho de su nombre, imagen y semejanza, algo que antes no podían hacer sin sacrificar su derecho a practicar su deporte en la universidad. Aunque las universidades no les pagan, pueden firmar contratos de patrocinio, vender productos y utilizar las redes sociales para ganar dinero. Ahora, el siguiente paso en el litigio sería demandar el derecho a ser clasificados como empleados, y por tanto con derecho a sindicarse y obtener protecciones.
Dado que aún no se ha concedido fácilmente el derecho a sindicarse a los estudiantes deportistas universitarios, existen muchas preocupaciones sobre las protecciones que deben ofrecerse a estos deportistas, como la atención en caso de lesión, la cobertura de seguro tras sus carreras deportivas, así como la oportunidad de defender más sus intereses en el proceso de contratación, ya que se comprometen a trabajar en una industria durante un máximo de 4 años. En la actualidad, los estudiantes deportistas no pueden formar sindicatos, y las recientes sentencias judiciales que declaran que no son empleados han causado mucha controversia y revuelo tanto entre los antiguos como entre los actuales estudiantes deportistas. Aunque algunos afirman que "la condición de empleado no garantiza mejores derechos", la posibilidad de defender y negociar mejores derechos colocaría a los estudiantes deportistas en una posición más beneficiosa.