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El Tazón de la Confusión: Los Miami Hurricanes derrotan a los Miami of Ohio RedHawks 38-3

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Crédito de la foto: University of Miami Athletics

Miami Gardens, Florida - El Hard Rock Stadium estaba electrificado cuando los Miami Hurricanes se enfrentaron a los Miami (Ohio) RedHawks en lo que se denominó acertadamente la "Confusion Bowl". El choque entre estos dos Miamis había suscitado una gran atención y bromas divertidas en los prolegómenos del partido. Ambos equipos estaban decididos a demostrar su valía y reclamar el título del "verdadero" Miami.

La expectación por este partido histórico era tan grande que ni siquiera la Madre Naturaleza pudo aguar la fiesta a los aficionados. El comienzo del partido se retrasó unos 25 minutos debido a la caída de un rayo en la zona. Sin embargo, este retraso sólo sirvió para aumentar el entusiasmo en el estadio, ya que los aficionados esperaban con impaciencia el saque inicial.

Cuando por fin comenzó el partido, los Huracanes de Miami no tardaron en hacerse notar. El quarterback de los Hurricanes, Tyler Van Dyke, que había luchado contra una molesta lesión de hombro la temporada anterior, parecía estar en la mejor forma de su carrera. En la primera posesión ofensiva del partido, Van Dyke conectó con el talentoso receptor Colbie Young para un espectacular pase de touchdown de 44 yardas que marcó la pauta de la noche.

Van Dyke, que no mostró signos de sus anteriores problemas de lesiones, siguió impresionando. Completó sus cinco primeros pases de la noche y terminó el partido con 201 yardas, a pesar de una intercepción. Su precisión y aplomo en el bolsillo fueron cruciales para llevar a los Hurricanes a una contundente victoria en el partido inaugural de la temporada.

En el otro lado del campo, los RedHawks de Miami (Ohio), liderados por el quarterback Brett Gabbert, se enfrentaron a un desafío formidable. Gabbert, que es el hermano del quarterback suplente de los Kansas City Chiefs, Blaine Gabbert, demostró sus habilidades al completar 12 de 21 pases para 127 yardas. Sin embargo, los RedHawks lucharon por generar un impulso ofensivo significativo contra una implacable defensa de los Miami Hurricanes que parecía haber mejorado significativamente a principios de temporada.

El ataque de los Hurricanes, dirigido por el nuevo coordinador ofensivo Shannon Dawson, mostró un notable equilibrio entre pases y carreras. El planteamiento del comité de corredores dio sus frutos, ya que tres corredores diferentes (Parrish Jr., Fletcher Jr. y Ajay Allen) acumularon más de 40 yardas por tierra.

En la segunda mitad, el novato Mark Fletcher Jr. hizo un debut impresionante, anotando en una carrera de 26 yardas, que fue preparada por un hermoso pase de 20 yardas por el centro de Tyler Van Dyke a Xavier Restrepo. La exitosa conversión de dos puntos que siguió hizo el 24-3, estableciendo firmemente el dominio de los Hurricanes.

El ataque de carrera fue un espectáculo para la vista, con Henry Parrish Jr. a la cabeza, acumulando 90 yardas de carrera y añadiendo un touchdown de 12 yardas en el último cuarto. Mark Fletcher y Don Chaney Jr. también contribuyeron con touchdowns, ya que los Hurricanes acumularon colectivamente unas impresionantes 250 yardas por tierra.

Por el contrario, a los RedHawks les costó encontrar su ritmo: cuatro de sus cinco primeros drives acabaron en punts y Gabbert fue derribado dos veces. Sus problemas ofensivos se vieron agravados por una defensa de los Hurricanes que mostró mejoras a principios de temporada, recordando a una unidad que había estado decidida a deshacerse de su estatus como uno de los equipos de la mitad inferior de la ACC el año pasado en yardas permitidas por jugada.

Los RedHawks lograron poner algunos puntos en el marcador con un gol de campo de 48 yardas de Graham Nicholson justo antes del descanso, estrechando el marcador a 16-3. Sin embargo, estaba claro que los RedHawks se enfrentaban a una batalla cuesta arriba contra los dominantes Hurricanes.

A medida que avanzaba el partido, los Hurricanes siguieron dominando la contienda, superando a los RedHawks en 493 a 215 yardas totales. La precisión de los pases de los Hurricanes, su implacable ataque y su férrea defensa fueron factores que contribuyeron a su amplia victoria.

Al final, los Miami Hurricanes resultaron vencedores indiscutibles de la Confusion Bowl, con una contundente victoria por 38-3 sobre los Miami (Ohio) RedHawks. El ataque de los Hurricanes mostró su nuevo equilibrio y potencia, mientras que la defensa mostró mejoras de principio de temporada que son un buen augurio para los próximos retos de la temporada.

La Confusion Bowl puede haber suscitado debates sobre la "verdadera" Miami, pero esta noche no hubo confusión sobre qué equipo había dominado el campo: fueron los Miami Hurricanes ante 49.024 aficionados en el Hard Rock Stadium.

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