En un frío intenso en el Arrowhead Stadium, los Miami Dolphins vieron truncadas sus aspiraciones a los playoffs al caer ante los Kansas City Chiefs por 26-7 en la ronda de Comodines de la AFC. Esta derrota extendió la lucha de dos décadas de Miami para avanzar más allá de la ronda Wild Card, una racha ininterrumpida desde la temporada 2000.
El entrenador en jefe de los Miami Dolphins, Mike McDaniel, expresó su decepción y reconoció las deficiencias del equipo. "Nos ganaron, nos entrenaron mejor y jugaron mejor que nosotros. Vinimos aquí a ganar y no fue así. Teníamos grandes expectativas. Es emotivo. Se me revuelven las tripas".
Los Dolphins llegaron a los playoffs con una nota alta, habiendo asegurado su puesto con un impresionante récord de 11-6 en la temporada regular, gracias en gran parte a un potente ataque encabezado por Tua Tagovailoa y Tyreek Hill. Sin embargo, su potencia ofensiva disminuyó significativamente en las gélidas condiciones del estadio Arrowhead.
Tua Tagovailoa, que tuvo una temporada regular sobresaliente liderando la NFL en yardas de pase, se vio limitado contra los Chiefs. Logró sólo 199 yardas de pase, un touchdown y una intercepción, un marcado contraste con su promedio de la temporada regular de 272 yardas de pase por partido.
Por otro lado, Patrick Mahomes de los Chiefs tuvo una sólida actuación, lanzando para 262 yardas. Mahomes conectó con Rashee Rice para unas notables 130 yardas y un touchdown, y también hizo varias carreras críticas para primeros downs. Isiah Pacheco contribuyó significativamente con 89 yardas de carrera y un touchdown. La actuación redonda de los Chiefs fue coronada con cuatro goles de campo de Harrison Butker, preparando el escenario para su defensa del título de la Super Bowl.
A pesar de no contar con cinco titulares en la defensa, la unidad defensiva de los Dolphins se mantuvo firme, obligando a los Chiefs a conformarse con goles de campo en cuatro drives de zona roja. Sin embargo, la ofensiva no pudo capitalizar estas oportunidades. Incluso con el regreso de Raheem Mostert y Jaylen Waddle, que se habían perdido dos partidos, la ofensiva de los Dolphins sufrió, logrando sólo 264 yardas y pareciendo muy diferente del equipo que anotó 70 puntos contra los Denver Broncos en la Semana 3.
La derrota marca otro año en el que las aspiraciones de los Dolphins se ven truncadas en la ronda de Wild Card, un obstáculo que han sido incapaces de superar desde el cambio de milenio. Esta derrota, especialmente dura para el entrenador McDaniel, es un recordatorio del duro camino que les queda por recorrer a los Dolphins en su intento de romper esta antigua barrera de los playoffs.
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