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El polémico empate a dos eclipsa la sensacional revancha de Noche UFC

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Crédito: UFC

La Noche UFC estuvo a la altura de las expectativas como un evento emocionante que mostró algunas de las mejores acciones de artes marciales mixtas, pero será recordado por un final controvertido que dejó a los luchadores, aficionados y expertos rascándose la cabeza.

En una noche que no podría haber tenido un guión mejor, los oficiales de la UFC ofrecieron un evento espectacular para celebrar el fin de semana del Día de la Independencia de México. Lo más destacado de la noche fue la esperada revancha por el título femenino de peso mosca, que enfrentó a la campeona Alexa Grasso contra la ex campeona Valentina Shevchenko. La pelea fue un combate muy reñido que mantuvo a los aficionados en vilo durante todo el combate.

Junichiro Kamijo puntuó el combate 48-47 a favor de Grasso, mientras que Sal D'Amato lo dio 48-47 para Shevchenko. Se trataba de un combate en el que cualquiera de las dos luchadoras podía presentar argumentos sólidos para la victoria, y la decisión dividida parecía adecuada dada la naturaleza competitiva de la pelea.

Sin embargo, el tercer juez, Mike Bell, presentó una sorprendente tarjeta de puntuación de 47-47. La tarjeta de Bell daba la victoria a Grasso por 48-47. La tarjeta de Bell daba la victoria a Shevchenko por 39-37 en el último asalto, a pesar de la arremetida de Grasso en el quinto. Shevchenko controló la mayor parte del último asalto, pero Grasso logró un derribo y se colocó en posición dominante. Tomó la espalda de Shevchenko, le aplicó un triángulo corporal y le asestó una serie de golpes.

Bell podría haber concedido a Grasso el asalto por 10-9, pero en su lugar le otorgó un 10-8, lo que finalmente resultó en un polémico empate a dos. Este punto extra borró la ventaja de Shevchenko y dejó a ambas luchadoras y al público del T-Mobile Arena incrédulos.

La resistencia de Valentina Shevchenko ante la adversidad fue un aspecto notable del combate. Siguió luchando, incluso después de romperse el pulgar en el primer asalto, y no se quejó cuando Grasso propinó rodillazos ilegales en el tercero, una situación que el árbitro Herb Dean no resolvió.

La esperada revancha entre Grasso y Shevchenko deparó mucho dramatismo y emoción, pero la controversia en torno a las tarjetas de puntuación será sin duda el recuerdo más duradero de la Noche UFC. Aunque las propias luchadoras tuvieron opiniones encontradas sobre el resultado oficial, no se puede negar que el enfrentamiento entre estas dos guerreras estuvo a la altura de las expectativas, mostrando el increíble talento y corazón que define a la división de peso mosca de la UFC. Esta pelea merece una trilogía y Valentina Shevchenko merece la revancha.

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